
El próximo 02 de Febrero de 2019 juntos marcharemos, porque llegó nuestra hora
Llegó nuestra hora, la del estudiante
que va a su escuela, liceo o universidad con mucho sacrificio, con su desmejorada
alimentación, pero con el compromiso claro de que lo que uno aprende nadie se lo
puede quitar.
Llegó la hora de las amas de
casas, de esas madres que no tienen
respuesta y su corazón se arruga cuando
sus hijos le preguntan ¿qué vamos a comer?
Llegó la hora de las madres que
tenemos que darle alimentos vencidos o en mal estado a nuestros hijos, porque
es preferible eso a no comer.
Llegó la hora de los enfermos, de
los que están hospitalizados en los psiquiátricos, en las unidades de larga estancia,
sin medicinas y con los escaso alimentos que la caridad humana de almas nobles
le pueden brindar.
Llegó el momento de los que
padecen cáncer, de los trasplantados de riñón o cualquier órgano, de los que
padecen HIV quienes aún viven solo porque Dios los quiere aquí, porque la
escasez de medicinas los tiene a una pastilla de la muerte.
Llegó la hora del campesino, del
que no consigue la semilla para sembrar, del que tiene que buscar en Cúcuta el
fertilizante, los herbicidas , el alimento para sus animales, porque los principales
elementos para la agricultura se volvió el negocio de otros.
Llegó la hora de los mecánicos, de los albañiles, de los
plomeros, de los chóferes, de los taxistas, de los avances de los que sobreviven
del ingenio porque todos sus implementos de trabajo o escasean o están a
precios inalcanzables.
Llegó la hora de los bomberos, de
los de protección civil, de los grupos de rescate que no cuentan con dotación
de uniformes, ni alcohol ni algodón y mucho menos un cauchos para la
ambulancia.
Llegó la hora de los maestros, quienes
con sueldos de miseria además ven cómo se van apagando y retirando los niños, por
falta de alimentos, vestido y útiles escolares.
Llegó la hora de los
universitarios quienes hemos mantenido la universidad abierta, hemos soportados los insultos del patrono, aunque el
sueldo no nos alcanza para pagar el pasaje del mes, aunque no tenemos, tinta,
papel, ni con que limpiar una oficina.
Llegó la hora de los médicos, paramédicos,
enfermeras, camilleros, obreros y chóferes de ambulancia, quienes con frustración por la falta de un antibiótico,
un hipotensor, un nebulizador, y hasta de oxígenos han visto partir seres
humanos que deberían seguir aquí.
Llegó la hora de los camioneros que transportan los
alimentos por las vías del país y que ya no saben cuál ruta usar para no ser asaltados
y hasta muertos.
Llegó la hora de los periodistas,
de los radiodifusores, de los actores y actrices, de los cantantes quienes en
estos momentos no pueden expresarse como quisieran, como lo dice la ética porque
les puede costar la libertad, o lo que es peor, la vida.
Llegó la hora de nuestros
Diputados, de los profesores universitarios, de los sindicalistas, de los
gremialistas de los que tenemos la cualidad y responsabilidad de REPRESENTAR (así,
con mayúsculas), y de representar bien, porque de los contrario la patria nos
condenará.
Llegó la hora del ciudadano común, del que no
pertenece a ningún partido, del que no se siente representado, pero que allí
está apostando a Venezuela, aportando valores, honestidad y del lado que le
gusta más.
Llegó la hora de los
representantes de las Iglesias, no solo unidos por nuestra fe, sino por los principios
universales, de no robar, no matar, no mentir, y tantos más que en si se pueden
resumir en amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como así mismo.
Llego la hora de demostrar que somos
diferentes a los que adversamos, llegó la hora de rescatar a Venezuela y
ponerla al servicio de los venezolanos desde el que menos tiene hasta el que
más puede ayudar. Llegó el momento de la unión de la reconstrucción de la
democracia.
Llegó la hora de que los
profesionales altamente calificados ocupen los puestos de gobierno, políticas y
cargos de decisión que permitan la estabilización macroeconómica de nuestro país,
el regreso del capital humano y económico que tanta falta le hace al país.
Llegó la hora de la libertad a
nuestros presos políticos y a todos los detenidos injustamente por protestar.
Llegó la hora de los que están
fuera del país y quieren regresar.
Llegó la hora de recuperar nuestro salario, prestaciones, empleo decente y las discusiones de Convenciones colectivas y decir BASTA de aumentos por decreto presidencial.
Llegó la hora de recuperar nuestro salario, prestaciones, empleo decente y las discusiones de Convenciones colectivas y decir BASTA de aumentos por decreto presidencial.
Llegó la hora de Venezuela, llegó
nuestra hora, llegó la hora de que todos caminemos juntos el próximo 02 de febrero para
dar gracias a Dios, a la Comunidad internacional y muy especialmente al BRAVO
PUEBLO QUE EL YUGO LANZÓ
Dra. Maribel Suárez Mancha
Trabajadora de La Universidad de Los Andes