La jornada laboral no puede
costarnos la vida
Desde la Central de
Trabajadores de Venezuela: Alianza Sindical Independiente (ASI), el 28 de abril
del 2016 nos unimos a la jornada internacional de la Organización Internacional
del Trabajo (OIT) y la Central Sindical de las Américas (CSA), de conmemoración
de los trabajadores fallecidos y heridos mientras realizaban su jornada laboral
diaria para llevar el sustento a su hogares, porque el trabajo no puede
costarnos la vida.
La Organización
Internacional del Trabajo registró a nivel
mundial 250 millones de accidentes laborales de los cuales 1,2 millones son muertes
relacionadas con el trabajo, mientras que en Latinoamérica y el Caribe se han
registrado entre 20 y 27 millones de accidentes laborales, de los cuales 27.270 han sido accidentes mortales según información
del Banco Interamericano de Desarrollo. Estas cifras muestran el drama que
existe a nivel mundial de como los trabajadores no solo se juegan la salud en
su labores diarias sino que a muchos les está costando la vida.
El caso de Venezuela también
es alarmante, según las últimas estadísticas de Instituto Nacional de Prevención de Salud y
Seguridad Laborales (INPSASEL), en el país
fueron formalizados 52.458 accidentes laborales, ocurriendo el mayor número en
la zona central del país específicamente en el estado Carabobo (10.236),
seguido del estado Aragua (7.625) y el
estado Miranda(6.866).
Cuando se revisa con más detalle las estadísticas más
recientes de accidentes laborales registrados en INPSAEL, se observa que en el
país están ocurriendo
aproximadamente 1.008 accidentes laborales por
semana, es decir, más de mil familias de Venezuela han sufrido
mensualmente la difícil situación de tener de baja médica de alguno de sus integrantes, a la cual se le
suma la escasez de medicamentos, la cual actualmente ha sido del 85%, según lo afirma la Federación
Farmacéutica de Venezuela (FEFERVEN). Una importante cantidad de nuestros
trabajadores se encuentran laborando bajo un estado de riesgo psicosocial alto,
al tener que escoger entre cumplir con sus labores diarias y ausentarse del
trabajo para realizar largas colas en farmacias y supermercados tratando
de conseguir los medicamentos de sus
tratamientos continuos y alimentos para sus hogares.
A las cifras oficiales de 52.458
accidentes laborales en el país, se les debe sumar los casos no registrados, las cifras en “negro”
de los casos de trabajadores que asisten
a los centros médicos por haber sufrido accidentes laborales, los cuales no son
registrados en el sistema estadístico de registros hospitalarios porque no
existe ningún ítem para plasmar tan importante dato. El drama continua y las “cifras
negras” de accidentes laborales de Venezuela siguen aún más invisibilizadas cuando
revisamos las cifras de la economía informal, teniendo en cuenta que Instituto
Nacional de Estadística e Informática (INE) reportó para noviembre del 2015 que
el 40,7% de la población ocupada del
país se encuentran en la economía informal, el cual carece de un adecuado
servicio de salud y seguridad en el trabajo. Las cifras oficiales tampoco reflejan
los accidentes laborales de los tercerizados
y del importante número de mano de obra de inmigrantes, traídos hasta de China, por lo que sin temor a dudas podemos
afirmar que los números oficiales de INPSASEL están muy lejos de reflejar la
realidad de la seguridad y salud laboral de Venezuela. Esta situación de
invisibilidad de las cifras reales de accidentes laborales y enfermedades
ocupacionales bajo ningún concepto puede seguir siendo ignorada, porque estamos
seguros que fueron más de 247 los
accidentes mortales los que sucedieron
en el país, y que por ninguna razón se puede seguir permitiendo que a los
trabajadores su jornada laboral les cueste la vida.
Es por esta razón que
nuestra Central Sindical ASI/Venezuela junto
a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Central Sindical de las Américas(CSA) ha centrado sus esfuerzos en revindicar la
triple transformación con la cual nos hemos comprometido y que se requiere para facilitar la acción sindical en salud y
seguridad laboral: 1) Hacer visible lo invisible, 2) convertir lo individual en
colectivo y 3) transformar la percepción en acción. Esta triple transformación
tiene como objetivo fundamental eliminar
o controlar los riesgos en los centros de trabajo desde la prevención, con la
participación activa de los
trabajadores/as, y las organizaciones
gremiales y/o sindicatos que los representan.
Desde la Estrategia
Iberoamericana de Salud y Seguridad en el Trabajo de la CSA, se plantea que “el
movimiento sindical debe reivindicar y ejercer con firmeza el protagonismo que
le corresponde en salud y seguridad en el trabajo, fortaleciendo su acción
sindical con capacidad de propuesta (con los apoyos y alianzas necesarios),
eligiendo sus propias prioridades sobre las que centrar el debate y
construyendo posiciones prácticas que contribuyan a definir estrategias
nacionales en Seguridad y Salud en el Trabajo, identificar prioridades de
actuación sobre colectivos, sectores y riesgos, y redefinir y fortalecer mecanismos
eficaces de participación y diálogo social en seguridad y salud en el trabajo
en igualdad de condiciones”, planteamiento que enarbolamos desde esta nueva Central Sindical por medio
del cual reivindicamos el hecho de que el
trabajo decente debe ser trabajo seguro.
De igual forma, consideramos
importante la información oficial suministrada desde INPSASEL y el INE, la cual
puede ser mejorada por medio de la acción sindical desde la tripartita en políticas nacionales que apunten ambientes
saludables que permitan una labor más eficiente y productiva a la par de un
mejor estado de salud del colectivo laboral. Constituye una punto de vital
importancia lograr que al ingresar a los hospitales y clínicas privadas se
establezca en el cuestionario de entrada si el accidente ha sido en el lugar de
trabajo o por causas laborales, con el objetivo de hacer más reales las cifras
que se manejan a nivel gubernamental en
materia de accidentes laborales y enfermedades ocupacionales.
Especial importancia debe darse en Venezuela al hecho de que ya contamos con una Ley Orgánica de Prevención, Salud y Seguridad Laboral, pero la misma no es suficiente, tal y como se puede evidenciar en los casos de Amianto o asbesto donde solo nos quedamos en protocolos de desmontaje, transporte, almacenamiento y desecho pero se siguen permitiendo importación hasta por “mercado libre” de elementos de la industria en general, con contenidos de amianto que han sido prohibidos en Europa, por lo que se requieren leyes que prohíban de una vez por todo el amianto en cualquiera de sus formas comerciales, para evitar convertirnos en un receptor de materiales cancerígenos en donde el capital está por encima de la salud laboral.
Especial importancia debe darse en Venezuela al hecho de que ya contamos con una Ley Orgánica de Prevención, Salud y Seguridad Laboral, pero la misma no es suficiente, tal y como se puede evidenciar en los casos de Amianto o asbesto donde solo nos quedamos en protocolos de desmontaje, transporte, almacenamiento y desecho pero se siguen permitiendo importación hasta por “mercado libre” de elementos de la industria en general, con contenidos de amianto que han sido prohibidos en Europa, por lo que se requieren leyes que prohíban de una vez por todo el amianto en cualquiera de sus formas comerciales, para evitar convertirnos en un receptor de materiales cancerígenos en donde el capital está por encima de la salud laboral.
Ratificamos nuestro apoyo
total y rotundo al Convenio 155 de la OIT en materia de salud laboral, en el
cual además de relacionar los factores
de riesgo, situaciones y condiciones que deben tenerse en cuenta para prevenir
daños a la salud, señala entre las grandes esferas de acción de la política en
materia de Salud y Seguridad en el Trabajo:
la formación , la comunicación y cooperación, y la protección de los
trabajadores y las trabajadoras y de quienes les representan contra toda medida
disciplinaria resultante de acciones emprendidas con motivo de protegerse
frente a accidentes o daños a la salud”.
Desde la Central de
Trabajadores Alianza Sindical Independiente (ASI) de Venezuela, nos corresponde
la labor de orientar a nuestros afilados
a incluir cláusulas en materia de salud laboral y ambiente de trabajo, que
mejoren las establecidas en el ordenamiento jurídico vigente, y que permitan acciones y movilizaciones de la
fuerza laboral que garanticen su fiel cumplimiento para que nuestra jornada
laboral no pueda costarnos la vida.
Ing.
Maribel Suarez Mancha
Directora
Ejecutiva Nacional de Salud Laboral y Medio Ambiente de Trabajo
Miembro
principal del Comité Ejecutivo Nacional
Central
de Trabajadores Alianza Sindical
Independiente
VENEZUELA